También Luis había sacado la faca a pasear en un par de ocasiones —buena
cuenta de ello pudieron dar dos tipos altos con tatuajes en los brazos que
quedaron persignados con dos buenos navajazos a bocajarro, marca de la casa—,
pero a diferencia de los demás, si él había de meter mano al acero, lo hacía por
honor.
Un mundo urbano marginal servirá de escenario para que nuestro protagonista
se someta a un reto que tendrá como campo de batalla las limitadas dimensiones
de un futbolín. Allí, Luis Montero, a quien fascina el mundo de la esgrima del
siglo XVII, se batirá empuñando los mandos de un moderno futbolín, al tiempo que
sueña con las estocadas del Siglo de Oro.
Dos mundos, convertidos en alegoría el uno del otro, confluirán en la mente
de un Luis Montero que se verá obligado a sobrevivir a golpe de acero. Como
fondo de todo ello, la dulce mirada de una muchacha y un inevitable sentido del
honor.
La chica de Quintana
Javier Viguera
Zaragoza, 2012
92 páginas, 15x23 cm
Colección Sueños de tinta, 21
ISBN 978-84-8465-419-3
PVP 12.00 €
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