1582. El privilegio de los infames

 


1582. El privilegio de los infamesBELLIDO MARTÍNEZ, José MiguelZaragoza, 2022Encuadernado en rústica. 296 páginas, 15x23 cm. - (Sueños de tinta, 99)978-84-8465-588-6PVP 19.00 €Comprar en Librería Central 
Su linaje conservará, sin amenazas, el poder de su vasto reino católico, mantendrá su autoridad sobre sus tierras y riquezas; su bandera con la cruz de Borgoña seguirá ondeando en las ciudades, palacios y castillos. Sus soldados conquistarán más territorios y le traerán nuevos tesoros, y todo ello —piensa mientras sonríe—, amparándose en el nombre de Dios (…). «Lo importante para mantener el poder y aumentar las riquezas es inculcar en tu propio pueblo el temor a Dios. Así, sometido, temeroso, puedes justificar en su nombre cualquier acto en tu beneficio: conquistas, saqueos, violaciones y muertes. Al final, Felipín, resulta indiferente si ese Dios es judío, musulmán o cristiano. Por eso, siempre deberás decir que actúas en su nombre, por Él y por su reino; pero lo harás en su nombre, pero por tu reino y, lo más importante, por ti».
¿Pudo una bula papal ocultar unos acontecimientos que de haber sido conocidos hubieran cambiado el destino de la cristiandad?

1582. El privilegio de los infames es una novela histórica de ficción e intriga que transcurre en la corte de Felipe II: a lo largo del siglo XVI, hasta octubre de 1582, fecha de la promulgación de la bula Inter Gravissimas, en la que el papa Gregorio XIII hace desaparecer diez días; diez días de infamia en los que el rey Felipe II vengará su deshonra. Engaños, traiciones, interesados amores y asesinatos, consumados a manos de la que fue su amante, la judeoconversa Isabel Osorio. Esos días nunca existieron, no constan en libro ni tratado alguno.

Si la novela histórica se mueve en un territorio fronterizo entre la ficción y la realidad, José Miguel Bellido ha sabido encontrar el equilibrio entre información y narración, a través de una trama y unas subtramas en las que aquellas forman un universo propio y, a la vez, fácilmente reconocible por su verosimilitud. La estructura narrativa, a modo de mecano perfectamente ensamblado, le sirve al autor —quien no necesita red para desenvolverse con paso seguro— para armar un texto sin fisuras, atreviéndose a cuestionar «verdades» históricas que nos obligan a reconsiderar nuestra visión del pasado.

La ambientación histórica, el retrato de los personajes, el ritmo ágil, la utilización del léxico adecuado a la época, además de la plasticidad de las descripciones... hacen de 1582. El privilegio de los infames una crónica apasionante que cautivará al lector desde su inicio hasta el inesperado y sorprendente desenlace.
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