Vidas sin firmaRODRÍGUEZ MARCOS, OvidioZaragoza, 2020Encuadernado en rústica. 228 páginas, 15x23 cm. - (Sueños de tinta, 90)978-84-8465-573-2PVP 17.00 €Comprar en Librería Central
La película continuaba. Por la cabeza de Maite pasaron muchas cosas. Las conversaciones con Manuel y el motivo que los había reencontrado el año anterior y que ahora conocía. Aquel chico de antes de la guerra. De su propia juventud, en la que había mantenido una actitud recatada, muy de la época, hasta que un día, sintiéndose transgresora, se había permitido dar un paso adelante. La ambición de él, la resignación de ella. El distanciamiento, el matrimonio sin convicción. Todo aquello quedaba muy lejos. Treinta años, con una guerra de por medio que había dejado aparcados a unos y catapultado a otros. Y ella, casi al margen, como espectadora, sin tomar las riendas de su vida...A través de seis relatos entrelazados, en Vidas sin firma aparecen fugazmente una serie de personajes históricos en una Zaragoza en continua evolución. De 1908 a 1960, el pulso de la ciudad se narra a través de los ojos de Maite y de Manuel, dos personajes que bien pudieron y merecieron existir. Por las páginas de la novela, veremos desfilar a un Luis Buñuel adolescente, asistiremos, en marzo de 1923, a la conferencia de Albert Einstein en la Facultad de Medicina y Ciencias, y nos preguntaremos qué fue de aquella famosa pizarra que el rector Ricardo Royo Villanova le pidió firmar al Premio Nobel... También entrarán en escena Pilar Bayona, Eva Perón, Primo de Rivera... tejiendo historias que bailan entre la realidad y la ficción y que servirán para que los dos protagonistas vayan desgranando retazos de sus vidas, en una trama donde se mezclan la historia, el amor, la frustración, la intriga, la pasión y el misterio.
La descripción detallada de las calles, cines, bares y otros lugares de ocio transportan al lector a esa primera mitad del siglo XX, y, especialmente, a los complicados años de la posguerra. Ovidio Rodríguez recrea ese paisaje arquitectónico con la pericia de un entomólogo y el rigor de un documentalista, y convierte a Zaragoza en una protagonista más que alza su voz relatándonos fragmentos de su propia crónica. Las ciudades se transforman continuamente, al igual que quienes las habitan.
Quedan restos de ambos, aunque quizá ya no sea posible reconstruir sus huellas fielmente. ¿Cómo distinguir lo que nos cuenta la Historia de sus diferentes interpretaciones? ¿Cuántas miradas yacen en el olvido? ¿Qué hubiera sucedido si de los pequeños actos de algunos seres anónimos se hubieran derivado otras consecuencias? Ese es el juego en el que participan estas vidas sin firma y que a ti, lector, te cautivará.
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