Dios en Zaragoza. Redes solidariasLÓPEZ INSAUSTI, RafaelLÓPEZ LÓPEZ, DianaZaragoza, 2019Encuadernado en rústica. 208 páginas, 17x24 cm. - (Ciencias Sociales Hoy)978-84-8465-551-0PVP 21.00 €Comprar en Librería Central
Dios en Zaragoza es un ensayo que nos acerca a la red urbana de acción social forjada en Zaragoza durante siglos. Una investigación expresada gráficamente calle a calle en un mapa de la solidaridad con las direcciones consagradas al bien, sus nodos y conexiones. Pero, sobre todo, un viaje de la mano de personas de diferentes creencias con una visión común: «DIOS es ACCIÓN». Hombres y mujeres que transforman la ciudad en un ejemplo de convivencia dando sentido a nuestro gentilicio coloquial: maño (grande/hermano).
Incluye un pliego de 8 páginas en color: el mapa de la solidaridad. Plano de Zaragoza.
Contenidos:
Prólogo
La caridad en Zaragoza
La Iglesia católica
La diócesis de Zaragoza Cáritas Diocesana de Zaragoza La acción social en las parroquias de Zaragoza Congregaciones religiosas Plano de Zaragoza. Mapa de la solidaridad Cofradías Otras entidades de la Iglesia católica en Zaragoza
Minorías religiosas
Iglesia cristiana ortodoxa Protestantes históricos Comunidades evangélicas Comunidades bíblicas Islam Otras confesiones religiosas minoritarias
Conclusiones
Diez propuestas de los autores
Agradecimientos
Bibliografía
Hoy más que nunca necesitamos un pequeño impulso motivacional basado en la solidaridad. Vivimos momentos convulsos marcados por la pobreza y la precariedad. Ahí es precisamente donde -extranjeros y foráneos, creyentes de todas las religiones, ateos y agnósticos- encontramos la presencia de Dios. Lo comprobamos en la extraordinaria red solidaria tejida en su nombre en cada uno de nuestros barrios. Una red que permite que la convivencia sea más llevadera.
Hemos buceado en los recursos de acción social de carácter religioso que conviven en Zaragoza. En el camino hemos encontrado datos relevantes, sin olvidar su origen: la motivación de todos aquellos que -desde la fe- actúan con generosidad para ayudar a los demás sin recurrir al proselitismo.
La mayoría católica, a la que se suman otras formas de entender el cristianismo -desde el protrestantismo hasta la fe ortodoxa-, junto con religiones como el islam, han multiplicado los espacios de encuentro: templos, casas de acogida y asociaciones donde ejercer la solidaridad con el necesitado. Unas veces de forma estructurada y otras más modestamente, utilizando los medios que ofrece de forma desinteresada la comunidad. A lo largo de este viaje hemos visitado comedores públicos, centros de formación y rehabilitación, albergues que hacen posible la paz y la cohesión social. Son una forma más de hacer ciudad manifestada en espacios de acogida y encuentro, como podrán descubrir en nuestro mapa de la solidaridad.
Además de visitar innumerables espacios solidarios, hemos hablado con sus actores principales, personas que hacen posible este milagro cotidiano. Junto a una libreta de notas han compartido con nosotros el quehacer de su día a día. Todas manifiestan la necesidad de ayudar, motivada por una fuerza a la que señalan con el mismo nombre. Lo hacen desde un punto de vista realista, reconociendo que a pesar de la dureza el esfuerzo merece la pena. Como una experiencia vivencial, sintiendo que la recompensa es mayor que cualquier inconveniente.
El pluralismo religioso demuestra que vivimos en una sociedad mucho más madura y tolerante de lo que creemos. La libertad religiosa implica una sana diversidad. La pluralidad es un valor de las sociedades democráticas en las que conviven comunidades religiosas que interaccionan y que son agentes de convivencia social, de solidaridad y de cambio. Además de una misión asistencial centrada en resolver los problemas inmediatos, las distintas religiones cumplen una función crítica y catalizadora. El contexto asociativo religioso, con sus mecanismos de ayuda y recursos de acción social, funcionan como espacios públicos de debate para nuevas propuestas de justicia social.
En nuestro mapa de la solidaridad constatamos una auténtica red física que da forma a nuestra ciudad. A las ya tradicionales parroquias católicas se suman mezquitas y templos ortodoxos, locales vacíos convertidos en improvisados templos o en lugares de acogida. En cada barrio encontramos un auténtico puzle religioso salpicado de inmuebles y locales que en muchos casos pasan desapercibidos..., espacios físicos destinados a los olvidados. Espacios de acogida y cohesión social en los que se aplica la acción directa. Todos con un mismo objetivo: crear tejido social, redes de ayuda para que la población más desfavorecida no caiga en la exclusión. Pequeñas estructuras de mediación en las que las personas se reconocen las unas a las otras. Islas de humanidad que impiden la ruptura social.
A pesar de todas las diferencias que nos separan, las religiones han buscado incansablemente la integración de estas dos dimensiones: la búsqueda de Dios y el amor al prójimo. Para los autores que firman este libro, la acción social que nace del corazón está colmada de espiritualidad. Del mismo modo, la auténtica espiritualidad no puede ser genuina sin una acción social que la legitime y respalde. Como afirma el filósofo chileno Luis Razeto, «la verdad, la belleza, la libertad, la justicia o el amor son valores que nos sobrepasan, y los encontramos tanto en el camino espiritual como en la acción social, cultural y política. No somos nosotros los que llegamos a poseer estos valores, más bien somos poseídos por ellos».
Sean solidarios.
· Descargar ficha
Incluye un pliego de 8 páginas en color: el mapa de la solidaridad. Plano de Zaragoza.
Contenidos:
Hoy más que nunca necesitamos un pequeño impulso motivacional basado en la solidaridad. Vivimos momentos convulsos marcados por la pobreza y la precariedad. Ahí es precisamente donde -extranjeros y foráneos, creyentes de todas las religiones, ateos y agnósticos- encontramos la presencia de Dios. Lo comprobamos en la extraordinaria red solidaria tejida en su nombre en cada uno de nuestros barrios. Una red que permite que la convivencia sea más llevadera.
Hemos buceado en los recursos de acción social de carácter religioso que conviven en Zaragoza. En el camino hemos encontrado datos relevantes, sin olvidar su origen: la motivación de todos aquellos que -desde la fe- actúan con generosidad para ayudar a los demás sin recurrir al proselitismo.
La mayoría católica, a la que se suman otras formas de entender el cristianismo -desde el protrestantismo hasta la fe ortodoxa-, junto con religiones como el islam, han multiplicado los espacios de encuentro: templos, casas de acogida y asociaciones donde ejercer la solidaridad con el necesitado. Unas veces de forma estructurada y otras más modestamente, utilizando los medios que ofrece de forma desinteresada la comunidad. A lo largo de este viaje hemos visitado comedores públicos, centros de formación y rehabilitación, albergues que hacen posible la paz y la cohesión social. Son una forma más de hacer ciudad manifestada en espacios de acogida y encuentro, como podrán descubrir en nuestro mapa de la solidaridad.
Además de visitar innumerables espacios solidarios, hemos hablado con sus actores principales, personas que hacen posible este milagro cotidiano. Junto a una libreta de notas han compartido con nosotros el quehacer de su día a día. Todas manifiestan la necesidad de ayudar, motivada por una fuerza a la que señalan con el mismo nombre. Lo hacen desde un punto de vista realista, reconociendo que a pesar de la dureza el esfuerzo merece la pena. Como una experiencia vivencial, sintiendo que la recompensa es mayor que cualquier inconveniente.
El pluralismo religioso demuestra que vivimos en una sociedad mucho más madura y tolerante de lo que creemos. La libertad religiosa implica una sana diversidad. La pluralidad es un valor de las sociedades democráticas en las que conviven comunidades religiosas que interaccionan y que son agentes de convivencia social, de solidaridad y de cambio. Además de una misión asistencial centrada en resolver los problemas inmediatos, las distintas religiones cumplen una función crítica y catalizadora. El contexto asociativo religioso, con sus mecanismos de ayuda y recursos de acción social, funcionan como espacios públicos de debate para nuevas propuestas de justicia social.
En nuestro mapa de la solidaridad constatamos una auténtica red física que da forma a nuestra ciudad. A las ya tradicionales parroquias católicas se suman mezquitas y templos ortodoxos, locales vacíos convertidos en improvisados templos o en lugares de acogida. En cada barrio encontramos un auténtico puzle religioso salpicado de inmuebles y locales que en muchos casos pasan desapercibidos..., espacios físicos destinados a los olvidados. Espacios de acogida y cohesión social en los que se aplica la acción directa. Todos con un mismo objetivo: crear tejido social, redes de ayuda para que la población más desfavorecida no caiga en la exclusión. Pequeñas estructuras de mediación en las que las personas se reconocen las unas a las otras. Islas de humanidad que impiden la ruptura social.
A pesar de todas las diferencias que nos separan, las religiones han buscado incansablemente la integración de estas dos dimensiones: la búsqueda de Dios y el amor al prójimo. Para los autores que firman este libro, la acción social que nace del corazón está colmada de espiritualidad. Del mismo modo, la auténtica espiritualidad no puede ser genuina sin una acción social que la legitime y respalde. Como afirma el filósofo chileno Luis Razeto, «la verdad, la belleza, la libertad, la justicia o el amor son valores que nos sobrepasan, y los encontramos tanto en el camino espiritual como en la acción social, cultural y política. No somos nosotros los que llegamos a poseer estos valores, más bien somos poseídos por ellos».
Sean solidarios.
· Descargar ficha