Cuando, tras el cierre definitivo del cine Elíseos, Max es contratado como proyeccionista, no sospecha que las imágenes que alumbran ese viejo y elegante recinto antes dedicado al séptimo arte han sido sustituidas por secuencias de extraña naturaleza surgidas de los recuerdos, sueños y traumas de cada espectador. Enfrascado en la escritura de su último guion, Max se enfrentará a sus propias ficciones sin distinguirlas de la realidad hasta que se vea obligado a confrontarse, bajo el monólogo interior de la pantalla del Elíseos, con el antagonista secreto que lo ha conducido hasta allí para autoafirmar su existencia a modo de venganza.
No pidas solo un deseo es una novela de seres arrasados por el narcisismo de la sociedad ciberautista y la banalización del deseo, una distopía sobre la pervivencia y extinción de las imágenes y el cine: «Lo que sucede allí no es cine o realidad virtual, sino otra cosa. Un pase privado, como un showroom de la cinta que se esconde en los intersticios mutantes de nuestra conciencia».
José Ignacio de Diego Lidoy (Zaragoza, 1960) es licenciado en Filología Hispánica. Colabora desde su época universitaria en revistas literarias como Narra y ejerce la crítica en suplementos culturales ( Aragón/Exprés).
Como poeta es seleccionado en la Antología de poetas noveles aragoneses (Zaragoza, 1981). Toma parte en diversos recitales y lecturas poéticas, junto a voces como la de José Antonio Labordeta.
Paralelamente, explora su faceta visual como miembro del grupo Taller Avícola: Arte conceptual (Facultad de Filosofía y Letras, 1980). Exhibe en la galería Caligrma-Patagallo el proyecto Luminar: arte postconceptual(Zaragoza, 1984), realizado con Pepe Puyuelo. Parte de la obra es seleccionada para la muestra de Poesía Experimental Gerardo Diego (Centro Cultural Conde-Duque, Madrid). Varios originales son incluidos en la exposición antológica Sergio Abraín 1978-1988. Espacios Patagallo y Caligrama (Palacio de Sástago, 2008).
Profesor de Educación Secundaria y Bachillerato, ha participado en la difusión de la lectura colaborando en los encuentros con autores dentro del programa «Invitación a la lectura». Ha sido responsable de varias bibliotecas escolares, dinamizador de clubes de lectura y coordinador de diversos grupos de trabajo sobre lectura digital o gestión bibliotecaria.
Su primera novela, Servidumbre de paso (2013), apareció en el portal Literatúrame, una historia sin género que transita desde el conformismo disfuncional con el statu quo hasta el brutal desequilibrio provocado por la Gran Recesión para mostrar, a través de los rituales de pareja y su disolución, la traición a la identidad y el descubrimiento de la evanescencia de lo absoluto, sea por medio del sexo, el dinero o el arte.
La misma búsqueda experimental de un estilo donde la historia y lo literario no se constriñan ni formal ni temáticamente, pero sin renunciar a una gratificante legibilidad, se consolida en
Los polos de la inaccesibilidad absoluta, una novela sobre la usurpación del talento.