Media distanciaJÁRBOLES PELLEJERO, ClaraZaragoza, 2017Encuadernado en rústica. 132 páginas. 15x23 cm. - (Sueños de tinta, 67)978-84-8465-537-4PVP 15.00 €Comprar en Librería Central
Media distancia es un conjunto de veinticuatro relatos, como horas tiene el día, escritos en los últimos tres años. Son textos independientes, con entidad propia, que forman parte de un mismo cuerpo.
Media distancia está a medio camino entre la intimidad del yo y los otros, entre lo real y lo fantástico, entre la comicidad y la desesperanza y, sobre todo, entre la vida y la muerte. Tiene mucho de autoficción y está plagado de retales y moléculas propias.
Pasarela de múltiples personajes (desde una grotesca cantante de fados, a un Dios viejo y amante de King Crimson), Media distancia es como un parque de atracciones con múltiples artilugios. Tiene un poco de noria y de casa del terror.
El viaje está presente en muchos relatos. La excursión familiar a Lisboa («Tranvía número 15»), comparada con el vía crucis, el viaje final del señor Wu hacia la muerte (en «Otro cuento chino»), el deseo de la niña Nadia Ludmilla de viajar a Ucrania a conocer a sus verdaderos padres. También el viaje al más allá de la muerta, en «Transmigración». Un relato cuasi metafísico de comicidad negra.
El universo de la infancia es otro paisaje transitado. La muerte del padre y sus singularidades («El frío y los nervios»), la mejor amiga («El banco de los asuntos»), el barrio, la tienda y los hermanos revoloteando como polillas («Ortopedias»), la vecina terrible («La Tiña»). Son relatos de gran peso emocional, cargados de imágenes potentes y una mirada al bies.
Además, Media distancia es una sátira de la sociedad posmoderna y sus aterradoras patologías. «La actriz retirada», «Momoko», «Ocho piercings» o «Corazonada», son historias crueles, llenas de ironía, violencia e infiernos privados, con un sentido del humor incisivo. Casi todas ellas producen una amarga e hilarante sensación. Relatos con luz propia, cómicos y tristísimos, en los que lo más sórdido de nuestra sociedad se mezcla con el amor, el aislamiento, el miedo o el sexo en todas sus variantes. En definitiva, nos encontramos ante unos textos poderosos, llenos de melancolía, lirismo y humor agridulce.
Media distancia está a medio camino entre la intimidad del yo y los otros, entre lo real y lo fantástico, entre la comicidad y la desesperanza y, sobre todo, entre la vida y la muerte. Tiene mucho de autoficción y está plagado de retales y moléculas propias.
Pasarela de múltiples personajes (desde una grotesca cantante de fados, a un Dios viejo y amante de King Crimson), Media distancia es como un parque de atracciones con múltiples artilugios. Tiene un poco de noria y de casa del terror.
El viaje está presente en muchos relatos. La excursión familiar a Lisboa («Tranvía número 15»), comparada con el vía crucis, el viaje final del señor Wu hacia la muerte (en «Otro cuento chino»), el deseo de la niña Nadia Ludmilla de viajar a Ucrania a conocer a sus verdaderos padres. También el viaje al más allá de la muerta, en «Transmigración». Un relato cuasi metafísico de comicidad negra.
El universo de la infancia es otro paisaje transitado. La muerte del padre y sus singularidades («El frío y los nervios»), la mejor amiga («El banco de los asuntos»), el barrio, la tienda y los hermanos revoloteando como polillas («Ortopedias»), la vecina terrible («La Tiña»). Son relatos de gran peso emocional, cargados de imágenes potentes y una mirada al bies.
Además, Media distancia es una sátira de la sociedad posmoderna y sus aterradoras patologías. «La actriz retirada», «Momoko», «Ocho piercings» o «Corazonada», son historias crueles, llenas de ironía, violencia e infiernos privados, con un sentido del humor incisivo. Casi todas ellas producen una amarga e hilarante sensación. Relatos con luz propia, cómicos y tristísimos, en los que lo más sórdido de nuestra sociedad se mezcla con el amor, el aislamiento, el miedo o el sexo en todas sus variantes. En definitiva, nos encontramos ante unos textos poderosos, llenos de melancolía, lirismo y humor agridulce.