Los polos de la inaccesibilidad absoluta

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Los polos de la inaccesibilidad absoluta

José Ignacio de Diego Lidoy

Zaragoza, 2016

Encuadernado en rústica
500 páginas
15x23 cm
Colección Sueños de tinta, 49

ISBN 978-84-8465-502-2

PVP 23.00 €
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Hay cosas por las que vale la pena luchar aun con la casi certeza de que apenas se podrá ganar más que un rincón donde refugiarse.

Clara Garcés, un oído absoluto, se ve bloqueada como violonchelista en el mejor momento de su carrera y vuelve a sus orígenes, donde, despojada de su arte, nada más que un fracaso humano sin adornos la espera. Su suicidio, cuando parecía estar recuperada, abrirá un interrogante en su padre, Antonio, músico frustrado, y en su hija Sabina, que la rechaza por haberla relegado en busca del virtuosismo musical. Esta seguirá la pista a Ingvar, antiguo amante de su madre, hasta descubrir las implicaciones de la Fundación de Análisis Socioeconómico Internacional en el desarrollo de nuevas técnicas de intervención sobre la población relacionadas con la transferencia de conocimiento.

A partir de ahí, un laberinto de personajes gira en torno a la historia de Clara en sucesivas capas, dándole profundidad a la narración: Jacobo, intelectual, aristócrata y utópico, pareja de Sabina; Amaia, pianista, amiga y rival encubierta de Clara; Iñaki, exmarido de Clara y padre de Sabina, piloto aéreo errante y errático; Luis Garcés, hermano de Antonio, antigua gloria del toreo; Keiko, performancer transexual; Gregor Drazkiewicz, viejo lobo feroz de las finanzas internacionales; o Amaravati, prostituta de lujo usada como cebo de Ingvar en sus operaciones.

Estas y otras voces narrativas se entretejen en una trama de aliento épico, entre la brutalidad y la delicadeza. El autor imbrica a sus personajes en el fluido histórico hasta el primer decenio del siglo XXI en meandros y flashbacks abruptos que rompen el núcleo principal, para armarlo después en un arriesgado ejercicio estructural, cohesionado por una escritura absorbente cuyos recursos atrapan al lector en una tela de araña.

Los polos de la inaccesibilidad absoluta semeja un iceberg que crece orgánicamente de forma tan aleatoria como definitiva. Una lectura que aumenta su potencia con la rememoración, hasta convertirse en un organismo vivo.

Al término del relato, el autor consigue la sensación de que el arte de la novela aún es capaz de articular un lenguaje propio para acceder a la verdad donde no llegan las palabras.
«Era más fácil recordar un sonido: la voz, el crujido de un cuerpo al dar la vuelta en la cama, al echar el peso para andar».

Entrevista en Heraldo de Aragón (28/6/16)